Salta La Banca Heidi
Twittea infiernos detrás del cascarón, mientras jadea, su pseudo rebelión
Acá el problema es que te descuidas, y la más Heidi parece satanás
Se afila los colmillos, dulces, de cotillón y exhibe sus nudillos, dureza, tiesa de cartón
Y a vos te endurece el cuerpo inquieto de hielo, de la podredumbre que genera la costumbre
Por trabas de quimeras, congénitas gomeras de personas sin costillas;
Vidas de pacotillas que hallarán el escarmiento que enloquece en el momento del ardor
Cuando aparecen los espejos del interior
Quiero calmarte, si algo te inquieta mal
Quiero cuidarte y esto me hace tragar
Veneno de impotencia que paso a mi sudor
Yo me debo a tu aliento, pócima brava de estupor
Que en cambio debería exonerar de apatías, que usas como espada un aluvión de fantochadas
Vos sabes lo que me cuesta recostarme en la flor está
Que abonada con su mierda, repitiendo que florezca
Y es que llevo una barriada milongueando en las entrañas
Ni la biopsia la sacude, me traslada hasta una nube, de esa misma estela blanca de estupidez